Habiendo estudiado desde sus 7 años en la Escuela Central del Conservatorio Tchaikovski de Moscú, Katia Krivokochenko realiza una completa formación musical, en la que ha obtenido varios diplomas (piano, música de cámara, análisis, escritura, entre otras), además de ganar el Concurso Internacional de Ettlingen.
A los 17 años, Katia se instala en Europa Occidental para seguir sus estudios, siendo luego admitida en el Mozarteum de Salzburgo, para recibir posteriormente una beca del gobierno francés. En Paris, sigue su formación con Mûza Rubackyté y gana el concurso de admisión al Conservatorio Superior, donde estudia con Pierre Réach, practicando al mismo tiempo con Karl-Heinz Kämmerling, Sergio Perticaroli y con Pascal Nemirovski. Años después, luego de recibir el Primer Premio de piano en 1999, continúa sus estudios en el Departamento de Solistas del Conservatorio Superior de Paris.
Además de sus numerosos recitales y conciertos de música de cámara en Francia y el extranjero (China y Estados Unidos), Katia Krivokochenko es regularmente la invitada en festivales europeos (encuentros internacionales como el Frédéric Chopin de La Châtre-Nohant, el Festival Musicale delle Nazioni de Roma, la Stagione Internazionale Montegrotto Abano, el Théâtre de Carcassonne, la Villa Ephrussi de Rothschild, el Mirabellschloβ de Salzburgo y L’Archipel entre otros). Durante tres años consecutivos, fue invitada por la academia de Bellas Artes a la Fundación Laurent- Vibert.
Katia Krivokochenko ha sobresalido en distintos eventos musicales como el Concurso Flame en 1997, siendo resaltada por Yvonne Loriod-Messiaen en el Concurso Internacional Olivier Messiaen, tres años más tarde. Posteriormente, es premiada con el Segundo Gran Premio y el Premio especial del Jurado en el Concurso Internacional Maria Canals de Barcelona en 2001.
Comentarios de la crítica:
“El talento de Katia Krivokochenko está lleno de promesas […]” (La carta del músico)
“Las interpretaciones de Katia Krivokochenko revelan un alma sensible y un fuerte temperamento […]” (Le Télégramme)
“Este joven prodigio supo comunicar sus emociones para conectarse con el público y compartirle su pasión”. (Ouest France)
“Una promesa del piano, de talento extraordinario” (La Provence)
“Katia dio una verdadera lección de piano, con gran arte y emotiva sensibilidad. Una velada magnífica” (L’Union).
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